diciembre 28, 2010

Los Paisajes del Cantábrico en Parapente

Lejos de requerir un equipamiento caro o condiciones físicas especiales, se puede afirmar que el parapente es realmente un deporte para todos los públicos. El amante de la montaña, de los paisajes abiertos, de la libertad,... o aquél que de pequeño soñaba con volar, puede encontrar el camino para hacerlo realidad de una forma realmente fácil.

Potes visto desde La Cruz de La Viorna
Los paisajes de España están plagados de zonas de vuelo donde, además de disfrutar de la naturaleza y realizar un poco de actividad al aire libre, se pueden visitar parajes de encanto inusual, montañas y laderas a las que, quizá sin otra motivación, no subirías.

Despegue desde La Viorna

Si hablamos de "parapente para todos", es oportuno centrarnos en los lugares de vuelo que disponen de una salida sencilla y que no requieren una subida a pié más allá de 30-60 minutos, o incluso aquellos que son accesibles en todo-terreno casi hasta la cima.

 
Desde La Viorna, con Potes al fondo

Obviando las zonas de vuelo de Pirineos, casi toda la cordillera cantábrica ofrece zonas para volar con desniveles suficientemente amplios para obtener un vuelo duradero sin ser un experto "rasca-térmicas". Yo disfruto especialmente en las zonas de Picos de Europa y, en particular, alrededor de Potes y La Liébana.

En esta zona hay dos vuelos típicos con un desnivel de 800 metros: las salidas desde el alto de Fuente Dé y desde la Cruz de La Viorna. La elección depende tanto de la dirección y fuerza del viento, como de las predilecciones de cada uno.



Monasterio de Sto. Toribio de Liébana

En mi caso particular, que nunca fui una súper-experta, prefiero sin duda, la salida desde La Viorna, tanto por la sencillez que aporta el recorrido completo, la frecuencia con la que sales directamente en apoyo de ladera (lo que te permite mantenerte casi indefinidamente), como por los paisajes que disfrutas durante el vuelo: el Monasterio de Santo Toribio al frente/noroeste y el valle de la Vega a tu derecha/sureste.

En ocasiones el aterrizaje en Potes se complica un poco, debido a las excepcionales condiciones de la zona, en la confluencia de tres valles. Dependiendo de la época del año, la temperatura y normalmente a última hora del día, puede hacerse complicado ir perdiendo altura (por las condiciones térmico-dinámicas). En esos casos, siempre con cuidado de no colocarse con el viento a favor, es aconsejable buscar un lugar alternativo para aterrizar (preferiblemente hacia la carretera de Santo Toribio, Camaleño y Fuente Dé).

Paseo senda desde Maredes
A la Cruz de La Viorna se accede a pié desde el diminuto pueblo de Maredes, por una senda sencilla y bien visible, en un paseo entre encinas y robles que no lleva más de media hora. Una vez en la Cruz, la cúspide se encuentra a unos metros, así como el pequeño collado desde el que se suele despegar en dirección norte. Sales de una altitud aproximada de 1.087 m., aterrizando en Potes, que está situado a una altura aproximada de 293 m.

Fuente Dé y Teleférico desde el Mirador del Cable
En el caso de Fuente Dé, el acceso es aparentemente más cómodo puesto que se puede realizar usando el teleférico hasta el Mirador del Cable. Lo que ocurre es que si , una vez arriba, buscas una salida de ladera (no de cortado), te llevará una caminata de unos 20 minutos. Después de muchos, muchos años de cielos plagados de parapentistas, los responsables del Parque Nacional habían restringido los vuelos en dicha zona hasta que, este último verano, parece ser que se ha podido volver a volar.

El vuelo es totalmente diferente al de La Viorna, la ladera es más difícil de enganchar y, sin embargo, las térmicas son más probables y ascenderás casi seguro. Los expertos aprovechan entonces para salir a hacer distancia mientras que, los aficionados más de andar por casa, terminamos bajando haciendo rizos entre las impresionantes paredes de Fuente De.

Y, para completar nuestras posibilidades, está la oportunidad de volar sobre las playas, en general por toda la costa de Asturias y Cantabria, especialmente desde Llanes y Torimbia hasta Punta Gerra.


En Torimbia se puede despegar casi en cualquier dirección; se requieren unas condiciones mínimas de viento para que, apoyados en la brisa marina, que en los acantilados toma forma de "apoyo de ladera", sea posible mantenerse fácilmente sin necesidad de buscar corrientes térmicas.

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